El estilo vintage está pegando fuerte, y un buen modo de encontrar los mejores tesoros vintage son los mercadillos.
La delgada linea que separa lo vintage de lo retro, podría resumirse en el origen de la procedencia. Por eso los mercadillos de antigüedades y de segunda mano, son el lugar perfecto para los amantes de este estilo.
Podríamos decir que hay hasta una «subcategoría» dentro del estilo vintage. El llamado «flea market style«, con publicaciones propias incluso y un estilo propio en decoración.
Rebuscar entre los puestos y separar «el grano de la paja» me parece todo un arte, del que yo carezco. Me cuesta encontrar lo que merece la pena, no tengo ese ojo que tienen algunas personas para detectar esos tesoros. Tengo un amigo que siempre está mandándome fotos de sus hallazgos, y seguro que yo hubiese pasado por delante y ni me hubiese fijado.
Probablemente se deba a que me cuesta ver en qué se puede llegar a convertir. Hay personas con un talento y una destreza para restaurar o transformar que me maravilla. El amigo del que os hablo también tiene esa capacidad de transformar algo viejo en vintage, tiene la imaginación para verlo y para encontrar la forma de hacerlo.
Por eso nunca me había acercado antes al mercadillo de Navacerrada, a pesar de haber oído maravillas muchas veces.
Pero la semana pasada todo Madrid debió pensar en aprovechar el buen tiempo para ir a la Sierra y disfrutar de la nieve. Las carreteras estaban colapsadas, así que tuvimos que pensar en un plan alternativo y se nos ocurrió pasarnos por el mercadillo.
El primer puesto bien podría ser cualquiera de mis peores pesadillas… Las muñecas antiguas me espeluznan!
Pero según fuimos avanzando, me fue cautivando esa mezcla de objetos sin aparente conexión.
La mirada se me fue acostumbrando a una silla de montar alucinante, al lado de una muñeca en una caja de cartón.
Cada vez encontraba más interesante todo aquello. Me imaginé que bien se podrían utilizar cualquiera de estas vajillas o cuberterías antiguas, como atrezos o props en el estilismo de las fotos culinarias. O para darle un toque diferente a nuestro menaje habitual.
Cada vez iba imaginando más la idea de mezclar con una pincelada vintage, a mi propio estilo en decoración o en moda.
Tan entregada estaba ya a la causa, que cuando vi estos farolillos mostré tanto entusiasmo que cometí el gran error en un mercadillo: demostrar que algo te interesa!
Estaba contándole a mi novio cómo quedarían los farolillos en una mesa blanca, cuando una chica que estaba escuchándome los cogió corriendo y se fue directa a pagar, dejándome con una cara de tonta que aún no se me ha quitado…
No hay que olvidar el pequeño detalle que se tratan de objetos únicos, que precisamente ése es parte de su encanto. Y que si se te adelanta alguien, te quedaste sin ello.
Así que lección aprendida: nuestra mejor cara de póquer para conseguir el mejor precio y para que no se nos adelante alguien más espabilado.
No se me da bien regatear ni me siento cómoda, pero tengo una amiga que siempre me dice que antes siempre pregunte por lo menos por un par de cosas que no me interesen en absoluto para despistar. Creo que es un buen consejo. Es bueno conocer los secretos para que no te timen en el regateo!
Los mercadillos no sólo ofrecen objetos vintage, el mercadillo de Majadahonda es casi un referente de últimas tendencias para muchas madrileñas.
En el Rastro (qué pena de web!) se puede encontrar de todo. Yo recuerdo lo mucho que me gustaba de pequeña cuando algún domingo nos llevaban nuestros padres. Alucinaba con todo. Los puestos, la gente, las cosas que venden…
En esta práctica guía de mercadillos de España podemos encontrar todos ellos por localidades.
Y en mercadillos and markets podemos encontrar toda la información sobre cuando y dónde se organizan mercadillos, rastrillos, pop up stores, ventas exclusivas…
Una buena forma de conocer una ciudad es visitando sus mercadillos, o viceversa: visitar los mejores mercadillos del mundo.
Como el mercado con mayor concentración de tiendas de antigüedades y de segunda mano del mundo, el Mercado de las Pulgas en París. O mi preferido en Londres, el Old Spitafields Market.
El Albert Cuypmarket en Amsterdam.
Hay tantos y todos con su propio estilo…
A mí me encantaría conocer el que dicen que es el mejor mercadillo americano, el Rose Bowl Flea Market, en California.
Aunque mi preferido de los que conozco es el de Las Dalias, en Ibiza. Cómo me gusta perderme entre sus puestos llenos de color!
E imaginando que estoy ahí ahora, me despido con este tema que seguro nos ayuda a ponernos en ambiente.
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